En el
Antiguo Egipto, los faraones se equiparaban a los dioses, eran la conexión entre
los humanos y los seres divinos que habitaban más allá de la Tierra.
El
pueblo llano solo podía conectar con los dioses por medio del faraón y los
sacerdotes, aunque estos últimos tenían ese privilegio porque el faraón se lo
otorgaba.
Máscara funeraria de Tutankamón en el Museo Egipcio de El Cairo |
El
faraón y dios estaban unidos desde el principio, desde el nacimiento del pequeño
mandatario. El pueblo asumía que la paternidad del faraón no era humana, sino
que correspondía a Amón-Ra. Y cuando el faraón tenía un hijo, el ciclo se
repetía, manteniendo el linaje familiar.
Cuando
el faraón fallecía, se sabía que accedía de inmediato a la misma dimensión
donde se encuentran los dioses. El faraón y dios eran lo mismo, por lo que
Egipto estaba regido por humanos y dioses al mismo tiempo.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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