Hera es,
junto con Zeus, quien gobierna el mundo. Cuando las discusiones entre los dos esposos
arrecian, las tormentas del cielo alcanzan la Tierra. Se la conoce como Juno en
la mitología romana, y Homero la cita en la Ilíada.
Esta
diosa es hija de Rea y de Cronos, pero toda su niñez la pasó con Tetis, diosa
de las aguas, y con el Titán Océano, que fueron quienes la educaron. Contrae
matrimonio con su hermano Zeus durante una primavera eterna. Tiene fama de
vengativa, no solo con otros dioses y diosas, sino también con los mortales.
Quien osaba ofenderla se ganaba su animadversión para siempre, como le ocurrió
al príncipe troyano Paris, que tuvo el atrevimiento de no considerarla la diosa
más hermosa.
Cuenta
una leyenda que algunos de sus hijos fueron concebidos solamente por ella, sin
participación de Zeus, golpeando la tierra con una de sus manos. Así nace el
monstruoso Tifón, el mágico Hefesto, al que expulsa del Olimpo, y la siempre
joven Hebe. Aunque Hera es su madre, jamás les mostrará el más leve signo de
cariño.
Hera
soporta las infidelidades de Zeus, pero sus ansias de venganza no sólo van
dirigidas a las mujeres que le roban al dios, también a los hijos ilegítimos
que éste tiene con ellas. De este modo, intenta volver locos a los padres
adoptivos de Dioniso y suelta dos grandes serpientes donde duerme Heracles,
para que se introduzcan en su cuna y lo maten.
Zeus no
tiene poder para pararle los pies, así que opta por ocultar a sus hijos bajo
tierra o convertirlos en animales para alejarlos de la ira de Hera.
En una de sus disputas
sobre el amor, Zeus asegura que la mujer siente más placer que el hombre, pero
Hera lo niega rotundamente. Para salir de dudas consultan a Tiresias el
adivino, quien le da la razón al dios, afirmando que la mujer experimenta nueve
veces más placer que el hombre. Hera, ofuscada por la rabia, deja ciego a
Tiresias de forma inmediata.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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