Deméter
es hija de Rea y de Cronos, y madre de Perséfone, fruto de sus amores con Zeus.
Los romanos la conocen como Ceres.
Perséfone
crece felizmente junto a su madre, hasta que Hades, el dios del inframundo, cansado
de sentirse solo y de no poder seducir a ninguna diosa, decide secuestrarla. Su
madre llega tarde y sólo alcanza a oírla gritar aterrorizada, mientras
desaparece ante sus ojos.
Deméter
empieza ese mismo día a buscar a su hija y para ello recorre todo el mundo, sin
comer ni beber. Pasan diez largos días hasta que descubre que es Hades quien la
ha raptado y entonces toma la decisión de no volver a su mundo hasta que no la
rescate, renunciando a sus privilegios como diosa.
Ataviada
como una anciana, recorre el mundo de los humanos y los observa, hasta que
encuentra a unas mujeres en la corte del rey Celeo y una de ellas logra hacerla
sonreír con sus comentarios, y la convence para que abandone su ayuno. Deméter
se queda en los dominios del rey Celeo y éste le encomienda la misión de educar
a su hija, a la que Deméter encarga al crecer la tarea de propagar el trigo por
el mundo.
Sin embargo, la dejación
de la diosa de sus obligaciones va dejando la tierra yerma y Zeus, encargado de
mantener el mundo en las condiciones adecuadas, ordena a Hades que deje libre a
Perséfone para que pueda regresar junto a su madre. Pero Perséfone ya ha
probado los granos de granada, que la unen para siempre al inframundo y es
incapaz de volver a su vida anterior. Sin embargo, llegan a un acuerdo por el
bien de todos y Perséfone volverá al mundo de los cielos junto a su madre todas
las primaveras, para regresar al inframundo, junto a Hades, todos los otoños.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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