Neptuno es un dios romano igualado a Poseidón. Antiguamente existían unas fiestas que se celebraban en pleno verano, exactamente el 23 de julio, denominadas “las neptunales” y que estaban dedicadas a Neptuno. Este dios era tan importante, que al general romano Pompeyo el Grande le gustaba que le llamaran “hijo de Neptuno”.
Poseidón es hermano de Zeus, y dueño de la grandeza del mar y los seres que en él viven. Es señor de los maremotos, tormentas y terremotos. Permanentemente acompañado de su tridente, se le representa de pie sobre un carruaje arrastrado por animales imposibles. Es un dios de gran poder, pues con su tridente puede desatar tempestades y hacer brotar fuentes de las rocas.
Escultura del siglo XVIII, que representa a Neptuno y sus caballos (La Granja, Segovia) |
Sus padres son Cronos y Rea, pero él crece junto a mujeres mitad marinas y mitad terrestres, que tienen la facultad de provocar el granizo y la lluvia.
Cuando Zeus vence a su padre, los hermanos optan por repartirse sus territorios. Zeus se queda con el cielo, Poseidón se convierte en el señor de las aguas y a Hades le corresponde el mundo de las tinieblas.
Cuando pasa el tiempo y los seres humanos crean ciudades, cada dios opta por una que será su feudo, donde le adoren y le hagan ofrendas. A Poseidón le toca una isla oculta denominada “la Atlántida”.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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